28 de julio de 2014

la historia se escribe en hojas desordenadas

El último edificio que visité antes de marcharme de Madrid fue este, el Museo Nacional Arqueológico, buena despedida, mejor arquitectura. 
Se palpa desde el principio el respeto del arquitecto Juan Pablo Rodríguez Frade hacia el edificio original. Menos arquitectura de autor, y más diálogo entre lo que se hereda y se hace. 
Porque la arquitectura no es para el arquitecto, sino para las personas, para el que va a recorrer sala a sala, para el que va a mirar por la ventana, para el que va a pararse en el descansillo de la escalera, para el que va a rodear una pieza de hace siglos, o para el que va a enamorarse de un busto romano. 
Un museo en el que entré casi por casualidad y salí con la convicción de que así es cómo hay que hacer las cosas.

The last building I visited in Madrid was the Museo Nacional Arqueológico, good farewell, better architecture.
Respect is everywhere, the architect Juan Pablo Rodríguez Frade has made a great work with the original building. 
Architecture is not for architects, it is for people, for that one who is going to walk from room to room, to look through the window, to rest on the landing, to go around a piece or to fall in love with a Roman bust.
This is the museum where I went into almost by chance, and came out with the conviction that we must do things like this.